Nosotros: vos y yo. Somos los creadores de esta luna que nos sobrevuela y esta penumbra que nos envuelve. ¿cómo podría no ser así?, ¿no te das cuenta de que la noche está hecha a nuestra medida? Mirame y decime lo que ves. Las estrellas giran alrededor nuestro mientras la tierra gira con nosotros. ¿No ves que las posibilidades son infinitas? Y tu mente todavía se ocupa de lo que no le concierne, y tus pies aún añoran lugares del pasado hacia los que no pueden correr, y tus palabras quieren dirigirse a quienes ya no están acá para oírlas. ¿Por qué no aprovechás lo que se puede hoy y ahora, lo que no es imposible en este momento?
Vos me miraste, y yo también a vos. Mis ojos se perdieron completamente en la dulce súplica de los tuyos.
Acompañame a caminar este mundo, quiero deslizarme por un arcoíris, pararme justo en el borde del horizonte y mirar aún más allá, quiero tropezar con los puntos cardinales y recorrer este mundo según mapas que nosotros mismos dibujemos.
Vos sonreíste y pestañeaste, pero sabías que hablaba en serio, y yo volvía a recorrer tu rostro con mi mirada.
Vení conmigo, ayudame a entender este mundo inexplicable: vamos a usar nuestros puños como binoculares y nuestros brazos como astrolabios; vamos a contar las estrellas con los dedos y las distancias con los pies; vamos a estirar los atardeceres para que no acaben jamás y fundir los días con sus noches.
Vamos... vamos a recorrer este mundo único de los dos. Vamos a crearlo juntos, vos y yo.
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